Hijo de un francés -el croissant- y un estadounidense -el donut- ha nacido "cronut", el nuevo dulce que causa furor entre los neoyorquinos. Los que lo han probado, dicen: "es como un donut, pero mucho más impresionante".
En una pastelería del barrio del SoHo, el chef francés Dominique Ansel ha conseguido unir dos de los productos más importantes de la pastelería en una pequeña y delicada creación fabricada con una masa laminada similar a la del croissant pero relleno de crema y recubierto con una capa crujiente y glaseada.
Pese a que solo se pueden comprar dos cronut por persona, las 200 unidades que la pastelería de Dominique Ansel vende a diario a cinco dólares (3,7 euros) cada una se agotan en poco más de una hora. Decenas de personas hacen cola desde primera hora de la mañana ansiosos por convertirse en uno de los pocos privilegiados que consiguen comprarlos.
Y es que ahora en Nueva York solo se habla del cronut, de hacerse una foto saboreando uno de ellos y colgarla en las redes sociales (por supuesto tiene ya su hashtag #cronut en Twitter). Comerse un cronut se ha convertido en la nueva forma de demostrar que se es "cool" en la ciudad de los rascacielos.
El éxito de este bollo también ha traído consigo la picaresca de algunos clientes, que ya han empezado a revenderlos a través de Internet con precios que oscilan entre los 15 y los 40 dólares (de 11,3 a 30,2 euros), lo que ha creado un auténtico mercado negro.
Fuente: www.eitb.com
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